Las Vegas
Corría el año de 1946. A los famosos gánsters de Estados Unidos les quedaba una riqueza ociosa después de que las autoridades prácticamente les cerraron las vías del negocio ilegal de bebidas alcohólicas. Había que diversificar, entonces, las formas de invertir.
Visionario, en diciembre de ese año el conocido gángster «Bugsy» Siegel construyó sobre el estéril terreno del basurero de Nevada el casino Flamingo, el primer centro de juegos de apuestas legalmente autorizado en Estados Unidos. El casino fue el arranque hacia la realización del sueño de Siegel: ser el autor de la creación de un gran centro vacacional en medio del desierto.
Al año siguiente, 1947, Siegel fue acribillado en Hollywood, y el sueño que no vio culminado siguió creciendo. Hoy, su oasis de las apuestas en el desierto es una próspera ciudad con más de un millón de habitantes y 28 millones de visitantes al año. Se llama Las Vegas y se goza como el más espectacular centro de diversiones para adultos.
Como un sueño que reproduce lugares comunes en las más fantásticas combinaciones, lo más impactante de Las Vegas se despliega en su Boulevard conocido como »el strip», donde la visión de una gran pirámide de muros de cristal y cientos de metros de altura con una réplica de la Esfinge casi de tamaño original compite con la de un castillo de deslumbrantes torres de colores.
Al cruzar la calle, frena el paso del visitante un perfil tridimensional de la ciudad de Nueva York con todo y la Estatua de Libertad y siguiendo por la misma calle, después de pasar el volcán gigante que cada 30 minutos arroja una gran bola de fuego, se entra de lleno a una escena a escala normal de una lucha de ingleses contra un barco pirata.
En este mundo onírico, plagado de millones de luces multicolores, se encuentra a plenitud todo lo que no hay en el desierto. Hasta agua. Rodeada de estériles montañas, Las Vegas sólo llega a tener unos 5 centímetros de lluvia al año. La ciudad, sin embargo, es un oasis verde con flores y palmeras sobreviviendo gracias al agua que se importa de otros lugares.
Por sus cientos de opciones para la recreación, Las Vegas es una ciudad vista como un oasis de vida, de energía y de dinero. Una ciudad creada para divertir, que nunca duerme, que se ocupa las 24 horas del día en lograr tu máxima diversión. Podrás estar sumergido en los casinos, o, si lo prefieres, jugar golf y visitar los parques de diversiones. Pero si tu interés va aún más allá, habrá retos como cruzar ríos, viajar en helicóptero o lanzarte en paracaídas. ¡De esa dimensión es hoy el sueño que echó a andar Siegel hace más de 50 años!